
Controversia por 42 Nuevas Contrataciones en la Corporación Municipal: ¿Austeridad o Clientelismo?
Durante el último concejo municipal, la concejala Rayen Pojomovsky expresó su profunda preocupación por la reciente contratación de 42 nuevos funcionarios para la Corporación Municipal Gabriel González Videla. Su observación pone en entredicho la aparente contradicción entre estas incorporaciones y el discurso de ‘austeridad’ que promueve la actual administración edilicia.
La alcaldesa Daniela Norambuena y su equipo defendieron las contrataciones, argumentando que este ‘equipo especializado’ fue convocado para abordar el ‘grave desorden administrativo’ heredado de gestiones anteriores, un caos que, según ellos, ha permanecido sin control durante años. Sin embargo, Pojomovsky ha denunciado la falta de transparencia en el proceso, señalando que sus repetidas solicitudes de información sobre las contrataciones no han sido atendidas.
La concejala cuestionó la necesidad de un equipo tan numeroso para ‘ordenar’ la entidad, especialmente en un contexto donde se están llevando a cabo desvinculaciones. Pojomovsky no pudo evitar evocar los fantasmas del pasado, planteando la inquietante pregunta: ‘¿Seguirá siendo la corporación una caja pagadora política?’.
Por su parte, Nilo Lucero, secretario general de la corporación, defendió las contrataciones como una medida necesaria para enfrentar el desorden administrativo. Aseguró que, gracias a este nuevo equipo, se han destapado siete causas judiciales activas y se han frenado prácticas corruptas que se habían normalizado. Sin embargo, la concejala Pojomovsky destacó que la falta de acceso a información crítica sigue siendo un obstáculo para evaluar la legitimidad de estas decisiones.
El próximo 22 de octubre, el concejo municipal se reunirá para abordar este tema en una sesión a puertas cerradas, lo que ha generado aún más suspicacias. La concejala Luisa Jinete ha aclarado que no existe un plan para cerrar la corporación, sino una reestructuración que podría afectar significativamente su funcionamiento.
Este encuentro se presenta como una oportunidad crucial para que los concejales determinen si las nuevas contrataciones son realmente una solución a la crisis institucional o simplemente un nuevo capítulo en la historia de la política como un botín.