¿Soberanos?

¿Soberanos?

¿Soberanía en México? Un análisis crítico de la realidad actual

En las últimas semanas, la exjefa de Gobierno Claudia Sheinbaum ha utilizado el término ‘soberanía’ con una frecuencia alarmante, tratando de enmascarar la presión internacional que enfrenta México por el crimen organizado. Su invocación del Himno Nacional, especialmente en la estrofa que menciona al soldado potencial en cada mexicano, sugiere una retórica belicista que plantea interrogantes inquietantes: ¿realmente deseamos una guerra? ¿Estamos al borde de una invasión? La distorsión del concepto de soberanía, lejos de ser una muestra de fortaleza, refleja una negación brutal de la realidad que enfrentamos.

En el siglo XXI, la noción de soberanía ha evolucionado. Desde los principios del iusnaturalismo hasta la Declaración de los Derechos del Hombre, hemos llegado a un momento en el que la comunidad internacional tiene el derecho y la responsabilidad de observar y criticar las condiciones de vida en cada país. Un Estado que no puede controlar un tercio de su territorio, sumido en la violencia del narcotráfico y con miles de desaparecidos, no puede considerarse soberano. La complicidad de algunos gobernantes de Morena con el crimen organizado alimenta las críticas de Estados Unidos, y aunque algunos mexicanos puedan ver estas presiones como traiciones, la realidad sugiere que son un llamado a la responsabilidad. Sin un Poder Judicial independiente y con una democracia en declive, México se aleja de la soberanía auténtica. La creciente censura y la asfixia a la crítica no son más que una farsa que socava las bases de la democracia. Así, la pregunta persiste: ¿es México realmente soberano?