
La encrucijada de México: automatización y proteccionismo amenazan el futuro de la industria automotriz
La reciente decisión de Stellantis, el gigante automotriz detrás de Jeep, Chrysler y Dodge, de invertir 13 mil millones de dólares en Estados Unidos ha encendido alarmas sobre el futuro de la industria automotriz en México. Este movimiento no solo reconfigura el mapa industrial, sino que también pone de manifiesto la vulnerabilidad del modelo de desarrollo mexicano ante la presión geopolítica y las tendencias de automatización.
A medida que Stellantis planea reabrir su planta en Belvidere, Illinois, y cierra la planta de Brampton en Canadá, se revela una preocupante realidad: la ventaja competitiva de México basada en costos laborales bajos está en peligro. Con un 68% del empleo en riesgo de ser desplazado por la tecnología, el país enfrenta una crisis existencial que requiere urgentemente un replanteamiento del modelo económico. La automatización, lejos de ser un fenómeno lejano, ya está transformando la industria y exige que se priorice la inversión en capital humano y formación en habilidades avanzadas. Si no se actúa con visión y responsabilidad, México podría quedar atrapado en un espejismo de maquila, incapaz de adaptarse a los desafíos del futuro.