
Actualizado Martes, 12 agosto 2025 – 11:47
La ofensiva militar israelí en Gaza ha provocado una reacción global que cada vez tiene más adeptos y que podría añadir una nación más a la lista de países que abogan por la vía de los dos Estados. Un día después de que Australia anunciara que reconocerá a Palestina en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas , Nueva Zelanda está considerando seriamente hacer lo mismo.
Aunque la decisión aún no es definitiva, fuentes cercanas al Gobierno neozelandés han confirmado que el tema está siendo objeto de un «análisis profundo» , tanto en términos políticos como diplomáticos. De hecho, el mensaje es idéntico al que sus vecinos australianos deslizaron pocos días antes del reconocimiento del lunes: «No es cuestión de si sucederá, sino de cuándo sucederá».
Son palabras pronunciadas este martes por David Seymour , viceprimer ministro neozelandés, quien también ha esgrimido una condición: que Hamas libere a los secuestrados y que se desmilitarice .
El país oceánico deja así la puerta abierta a tomar una decisión sobre el reconocimiento de Palestina en las «próximas dos semanas» y podría unirse a Francia, Reino Unido, Canadá y ahora Australia en reconocer al Estado palestino en la Cumbre de la ONU de septiembre. Ante la pregunta de por qué no lo han hecho antes, el viceprimer ministro ha argumentado que «no debemos dar por sentado que los demás países tengan razón» y ha puesto el foco sobre «qué condiciones se imponen y qué pasará después».
Varias naciones están utilizando el reconocimiento del Estado palestino como una herramienta para presionar a Israel y buscar un avance hacia una solución al conflicto. Este gesto diplomático, aunque simbólico para algunos, adquiere cada vez más peso en el tablero internacional y se está convirtiendo en un elemento clave dentro de la estrategia global para responder a la crisis humanitaria y política en Gaza .
Además de Australia, Francia, Reino Unido y Canadá han declarado su intención de reconocer a Palestina. Defienden la solución de dos Estados como vía para garantizar la paz y la autodeterminación del pueblo palestino, y ven el reconocimiento formal como un instrumento diplomático para impulsar el fin del conflicto y la reanudación de negociaciones. Se trata de una respuesta al estancamiento del proceso de paz y la gravedad de la crisis humanitaria en los territorios ocupados.
El ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters , ha puesto sobre la mesa elementos clave para su consideración como «país independiente» en un esfuerzo por desmarcarse de la oleada de naciones que están optando por esta vía. Los tiempos, sin embargo, coinciden con los anuncios de otros países y la Asamblea General de la ONU está a la vuelta de la esquina. Peters insiste en que su Gobierno lleva mucho tiempo considerando «si existen los requisitos previos para un Estado palestino viable y legítimo, en términos de seguridad, política, diplomacia y economía».
También ha expresado que tendrán en cuenta «el rápido deterioro de la situación sobre el terreno , la división de nuestros socios más cercanos sobre la cuestión del reconocimiento y la postura clara de varios Estados árabes de que Hamás debe desarmarse y no tener ningún papel futuro en el gobierno palestino».
Aunque todo apunta al reconocimiento, Nueva Zelanda se mantiene prudente en su decisión. En su balanza pesa la presión internacional y la necesidad de garantías políticas y de seguridad . Entre los países que buscan reconocer a Palestina parece estar germinando una fórmula común basada en condiciones compartidas que buscaría asegurar estabilidad y legitimidad en el proceso.