
Viernes, 15 agosto 2025 – 14:35
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha salido ya hacia Alaska, donde a las nueve y media de esta noche, hora española, se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, en una cumbre de alto nivel que podría determinar no solo la trayectoria de la guerra en Ucrania, sino también el futuro de la seguridad europea.
La cumbre ofrece a Trump la oportunidad de demostrar al mundo que es tanto un maestro en cerrar acuerdos como un pacificador global. Él y sus aliados lo han presentado como un negociador de peso que puede encontrar una manera de poner fin a la matanza, algo que solía jactarse de podría hacer rápidamente.
A Putin, una cumbre con Trump le ofrece una ocasión largamente esperada para intentar negociar un acuerdo que consolidaría los avances de Rusia, bloquearía el intento de Kiev de unirse a la alianza militar de la OTAN y, en última instancia, devolvería a Ucrania a la órbita de Moscú.
El éxito está lejos de estar asegurado, sobre todo porque Rusia y Ucrania siguen muy alejadas en cuanto a sus exigencias para firmar la paz. Putin se ha resistido durante mucho tiempo a cualquier alto el fuego temporal, vinculándolo al cese del suministro de armas occidentales y a la congelación de los esfuerzos de reclutamiento de Ucrania, unas condiciones rechazadas por Kiev y sus aliados occidentales.