
Europa Recalibra su Estrategia Mediterránea en un Contexto de Desafíos Geopolíticos
La Unión Europea enfrenta un inminente desafío en su influencia sobre la ribera sur del Mediterráneo, un espacio que históricamente ha sido clave para su proyección geográfica. Desde la invasión rusa de Ucrania, la situación ha cambiado drásticamente, obligando a Bruselas a replantear su estrategia a través del nuevo Pacto por el Mediterráneo. Sin embargo, la tarea de recuperar el tiempo perdido se presenta compleja, ya que actores como China, Turquía y Rusia han comenzado a ocupar un espacio que antes pertenecía a Europa.
La Declaración de Barcelona, firmada hace tres décadas, se erigió como un ambicioso intento de promover la paz y la prosperidad en la región, pero sus resultados han sido decepcionantes. A pesar de los esfuerzos por crear una zona de libre comercio y fomentar la democratización, los regímenes autoritarios y la falta de integración económica entre los países del sur han obstaculizado el progreso. Hoy, la retórica idealista de antaño se ha visto eclipsada por un enfoque más realista, donde el control migratorio y el desarrollo económico son prioridades. Ante la creciente competencia global, la UE debe cuestionar si su enfoque actual será suficiente para recuperar su influencia en una región que se transforma rápidamente.